Sílvia Vidal cambia momentáneamente la cuerda por el teclado para narrar sus vivencias durante más de treinta años de escalada, en especial las ascensiones que ha realizado en solitario, con total autonomía y sin ningún medio para comunicarse: ni
radio, ni teléfono, ni GPS, ni partes meteorológicos.
Sus expediciones la han llevado por todo el mundo para escalar grandes paredes, con diversas primeras ascensiones mundiales. La exploración de territorios remotos es el hilo conductor de sus aventuras e intensas experiencias. Sílvia visita lugares vírgenes o poco conocidos de los cuales apenas tiene información; impresionantes paisajes en plena naturaleza salvaje donde experimentar la soledad, el silencio, el riesgo, la incertidumbre, el compromiso, el miedo, los límites… y la magia de la vida.
Estas páginas nos llevarán de Montserrat al Himalaya, pasando por los Dolomitas, Yosemite, el Karakórum, los Andes, la Patagonia, el Ártico o Alaska, pero también recorreremos el frío, el miedo, la solidaridad, el reto, el aprendizaje, la aceptación, la
aventura. En definitiva, la elección de cómo vivir y convivir con las incertidumbres y los miedos.
Buscando en la oscuridad y la luz, que se cuela entre las cuerdas y entre las grietas de todo lo que transita, nos invita a recorrer con ella espacios personales y físicos, conocidos y misteriosos.
Sílvia Vidal (Barcelona)
Quería subir paredes, grandes paredes. Primero cerca de casa, más tarde quiso subir las que estaban más lejos y cada vez con más difícil acceso. Luego quiso ir sola, para poder experimentar la soledad. En sus más de treinta años de trayectoria se ha convertido en una escaladora de grandes paredes, exploradora y alpinista de referencia; centrada, sobre todo, y reconocida por sus ascensiones en solitario por todo el mundo, en autonomía y sin comunicación.
En 2021 recibió el Piolet d’Or, el máximo galardón en el mundo de la escalada y el primero que se concedió a un alpinista español. También se le ha otorgado la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo, entre otros premios
y reconocimientos.
Aunque su sello de identidad no es este, sino su alma inquieta, mezcla de humildad y sabiduría, de impulso y aceptación. Una inquietud y una valentía que la animan a seguir experimentando más allá de lo conocido.